Éste blog, ya no existe.

Lo que fue www.mzn.cl, hoy es www.sebastianecheverria.cl.

miércoles, noviembre 30, 2005

Los Bunkers en el Teletón

Hace algunos meses, un pirata -cuya identidad seguiré manteniendo en secreto- me habló en MSN y me facilitó, luego de varios días de interminables trasnferencias, la última placa de los rockeros nacionales Los Bunkers, titulado Vida de Perros.

Entonces, publiqué un homónimo post (Vida de Perros) donde lo comentaba, dándomelas de crítico musical y según me he ido enterando, parece que a los penquistas en cuestión no los dejé muy bien parados. Pues, los hermanos Durán y compañía -si les importara un poco la opinión de este sujeto- podrían argüir que los críticos no son más que músicos frustrados, lo que sería más que correcto: indicadísimo; que en realidad no saben nada, aunque yo diría que sé poco; y que en realidad el disco es excelente, un tercer punto en el que tendrían toa la razón.

Vida de Perros es un disco de lujo, muy rockero y donde las guitarras son las protagonistas absolutas. Yo pensaba, mientras escuchaba Llueve sobre la ciudad: "esta weá en vivo debe sonar la raja...". Pues, cuando llegué mi amigo Feña me dijo: "El próximo sábado, Los Bunkers en el Teletón. El lanzamiento de Vida de Perros". Yo no dije nada... sólo pensé... "¡Excelente!".

Hoy ya tengo la entrada en mi poder...


martes, noviembre 29, 2005

Car'e sorpresa

El Manzanazo sorprendió. Y no hay palabras para describir esos rostros... Esas caras de amigos, amigas y parientes que estupefactos algunos, incrédulos otros y molestos incluso, entraron por la puerta de mi casa el sábado por la noche; con un complicadísimo sistema de fotografía secreto el departamentp gráfico de mzn.cl, se ocupó de capturar esas expresiones... sin más merodeos verbales, mzn.cl está orgulloso de presentarles: ¡Car'e sopresa!

Car'e sropresa

miércoles, noviembre 23, 2005

Manzanazo

Un manzanazo es definido como un "golpe repentino de una manzana que llegó de forma inesperada". Estas caras, fueron recientemente glopeadas por un manzanazo. ¡Qué misterio!


Este post está actualizado, el misterio ya no lo es tanto... algunos permacen recluidos en la precisa ignorancia, pero la luz se interna en la caverna lentamente; más imagénes como las que ven serán incluidas durante los próximos días.

lunes, noviembre 21, 2005

¡Dígame Licenciado!

Amigos y amigas, estoy orgullosísimo de mí mismo. Mí mismo el jueves recibió su diploma de Licenciado en Letras, mención en Literatura y Lingüística Hispánicas, de la Pontifica Universidad Católica de Chile. Pero, como obvio es, no pude asistir personalmente a la ceremonia realizada en la Casa Central; así que para poder comunicar tan magno hecho, envíe especialmente a la corresponsalía en Santiago a cubrir el evento. Claro que don Mario, se lo tomó muy en serio, se embaló y se subió al esenario cuando dijeron el nombre de su hijo -probablemente sin la jota por la que tanto hincha, el hijo no el padre, a éste no le puede importar menos- y recibió el diploma en su lugar.

En la serie de imágenes a la derecha pueden apreciar primero, en la testera, al decano de mi Facultad, don José Luis Samaniego, dando un discurso del que no les puedo contar porque no lo escuché, y sentado allá atrás al profesor Lésmer Montencino, quien según otras imágenes dejadas de lado por la edición las hizo de narrador en la ceremonia. A ambos les debo mucho y aprovecho el espacio para agradecerles.

En la siguiente, pueden apreciar a don Mario recibiendo mi diploma de manos de la Secretaria Académica, Mónica Hube, cuya sonrisa revela cuán feliz está de que este padre recibiendo el diploma de su hijo, significa que el hijo no llegará más a su oficina con topes de horarios y requerimientos curriculares de altísima complejidad.

Finalmente, pueden ver a mi padre entre dos de mis compañeras. A su izquierda, Alejandra de la Lastra, y a su derecha.... eh.... bueno, una niña vestida de negro y aparentemente tan feliz como sus compañeros de esenario... En fin, ustedes saben que no tengo muchos amigos/compañeros.

Con este evento, mi vida de pregrado se acabó. Hace algunos meses egresé, unas semanas después egresé de verdad cuando pasé por secretaría el único ramo que me eché en la carrera -obviamente el último semestre-, más tarde si mi examen de grado y celebramos por tercera vez mi salida de la Universidad. Ésta es la última de las fiestas... y no puedo celebrarla con nadie.

Saben qué... me voy a Chile. Cuando me vean, les diré como Lucas a Chaparrón: "Dígame Licenciado"; ustedes, como Chaparrón a Lucas: "¡Licenciado!"; yo de nuevo, pero como Pablo a la enfermera del Lincoln: ¡Gracias, muchas gracias!"; y ustedes cerrarán: "No hay de queso, nomás de pino". Sé que esto no es como Chaparrón dijo a Lucas, pero ahora estoy hablando de empanadas y me muero por comerme una.

domingo, noviembre 20, 2005

Violeta y la música

Afiche Día Nacional de la MúsicaHoy domingo es el Día Nacional de la Música que este año está dedicado a Violeta Parra. Ella es sin duda la mayor cantautora folclórica chilena. Matriarca no sólo de una familia que por tres generaciones ha sido protagonista de la música chilena, sino de un estilo, una forma de hacer y vivir la música, un estilo que no es sino chileno.

La Nueva Canción Chilena brota de la recopilación que Violeta hizo de la música del campo y de la urbanidad con que cantó. Si le sacaramos una radiografía al rock chileno de los 90 en adelante, veríamos como su estructura ósea tiene mucho de Beatle, mucho de britpop y mucho más de Violeta. Los Tres no habrían tocado dos cuecas en el Mtv Unplugged en 1996, la Yein Fonda no se llenaría cada año a pesar de las 7 lucas que cuesta y La Culpa de Los Bunkers no existiría.

A pesar de La Jardinera, El Albertío y Volver a los diecisiete, Gracias a la vida es el tema ícono de Violeta Parra. (Sólo consideren que hasta cantado a capela por Myriam Hernández en una Teletón, valía la pena callarse y escucharlo.) Es el tema que en varios esenarios del país varios artistas cantarán simultáneamente, dándole gracias a Violeta por la música... al menos, por la música chilena.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto.
Y el canto de ustedes que es el mismo canto.

sábado, noviembre 19, 2005

Invierno

Dicen que el invierno boreal no llega sino hasta el 21 de diciembre, el día más corto del año marca el inicio de la temporada fría. Sin embargo, por eso lares, ya los temperaturas no se elevan de los 40º F (ie, 4º C) y estos dos últimos días la temperatura media ha sido de 27º F (ie, -2º C). En resumidas cuentas: Me quedan 8 dedos. El índice de la mano izquierda y el anular de la derecha, fueron removidos quirúrgicamente debido a la necrosis que su congelamiento produjo; y lamento decirles que mis oportunidades de oler -nunca he perdido la fe en la medicina moderna- se fueron definitivamente a la pailas... literalmente, porque como anoche se me cayó la nariz, la única posibilidad es implantar tejido oloroso en las paredes de mi oreja izquierda; sí la derecha también se cayó.

Si van Cambio y furia verán los infiernos de Varas y en los comentarios... pues, créanme el invierno neoyorquino es un verdadero infierno. Y yo recién estoy en la puerta, donde el calor del invierno tradicional aún se siente.

jueves, noviembre 17, 2005

Servicio de utilidad pública

Me quedan sólo 20 horas para entregar un paper que aún no he empezado. Graduado y todo, me volví a meter en el hoyo desesperante de la cruda vida estudiantil. Por favor, dejénme post de ánimo. Para mañana todo estará solucionado, pero hoy... bueno... en fin...

Esop.

miércoles, noviembre 16, 2005

Quincuagésimo aniversario

No es mzn.cl lo que cumple 50 años. Sólo cumple 5 meses hoy día.

No me refiero a las bodas de oro de nadie. Las de mis abuelos ya fueron y mis padres celebraron sus bodas de plata en febrero.

Es mi colegio. El colegio SS.CC. Manquehue celebra este año sus 50 primaveras. Ayer por la noche me perdí la gran cena de aniversario. Sin embargo, mi padre -generación '71- sí estuvo allí y reporteó para mzn.cl. Es un orgullo para mí, presentarles la querida prosa de mi padre: les presento a Don Mario en mzn.cl:

Mientras allá se enfría el ambiente, aquí se calienta. Ya está haciendo bastante calor casi todos los días. De hecho, anoche, en la comida del colegio, nos anduvimos asando.

Estuvo simpática la cosa… aunque un poquito fome. Más de 2.000 exalumnos es harta gente y algunos, especialmente los más jóvenes, mucho hueveo, lo que le quitó un poco de solemnidad al cuento en su parte ceremonial. Obvio que en ocasiones como estas te echamos más de menos que lo normal. Hubiera sido lindo que hubieras estado. En todo caso, no me topé con tus amigos, excepto con Ignacio del Real.

Lo que más me llamó la atención, fue la popularidad del Loco Sotomayor. El centro de exalumnos le hizo un reconocimiento a su larga labor en el Colegio y, lejos, fue el gallo más aplaudido… los más jóvenes cantaban “loco… loco…loco…” como si fueran una barra de un equipo de fútbol. El pobre casi no pudo hablar. Nótese que el tipo “atendió” a las generaciones desde el 71 en adelante, así es que la mayoría de la gallá había pasado por él. Antes, ya se había notado, y anque mientras estaba con un grupo, conversando y recordando, se acercaban chiquillos de otros cursos y métale abrazos y déle con saberse los 2 apellidos de todos… Debe ser un muy buen gallo.

Para que te imagines la cantidad de gente que había, la comida era dentro de una carpa que ocupaba toda la cancha de fútbol. En todo caso, me sentí un poquito antiguo. Pertenezco a la novena generación salida del Colegio, tú a la trigésimo séptima y Martín a la trigésimo novena… antiguo, ¿no? Otro dato interesante es que los primeros, los del año 63, tienen ahora 60 años (más o menos, porque son 9 años mayor que yo).

No me queda más que homenajear a mi colegio. Darle las gracias por mis amigos. Darle las gracias por hacerme quién soy. Darle las gracias a mis profesores y a mis compañeros.

jueves, noviembre 10, 2005

Juanita y MZN en New York III

...esa semana fue las más dura. Mientras en Chilito, a muchos les llegó la primavera, a mí me había llegado el otoño. Tatré de consolarme pensando en que era lo mejor, que así me evitaría muchos problemas, que evitaría enfrentar a su familia -que probablemente no les gustaría un humano para su pequeña-, que evitaríamos las burlas de la sociedad, que todo era mejor así. Pero el disminuído latir de mi corazón, la falta de concentración y su recuerdo pudieron más. Lloré por su partida, lloré más por su silenciosa partida; ese desprecio público y obvio, ese abandono por otra criatura (a la cual también me sentía atraído) me destrozó.

Canté tristes canciones y evité hablar de ella. Sin embargo, el pidulle insistía. "¿Qué onda con Juanita?" y "¿Cómo te fue con ella en NYC?", todos me preguntaban por ella mientras yo no quería asumir públicamente mi derrota. Un amigo me dijo: "Hueón, no seai hueón. Hueveala un poco más... sin cagarla, si po, hueón... tú sabís cómo hacerla... ese hueón es un hueón, hueón".

Salí al patio. Caminé por el campus. Vi a las ardillas corriendo, aprovechando el cielo azul que se hace cada vez más de rogar. Ninguna me atrajo. "No es zoofilia -pensé- es amor verdadero" y decidí partir a Nueva York ese mismo fin de semana a recuperar a Juanita.

miércoles, noviembre 09, 2005

Juanita y MZN en New York II

Así, igualito que en las películas, esa noche llovió. Pero el sol del domingo auguraba un exitoso día para nuestro romance. Era el día perfecto para un picnic en Central Park. Yo me había robado unos sánduiches del comedor de la universidad y podríamos comprar una latas de bebida en cualquier carrito de hot dogs y pretzels, tan folclórico de la Gran Yo, incluso pensé en soprenderla con unas almendras confitadas de un Nuts4nuts, la expresión indicada entre el folclorismo gringo–chileno.

Cuando salimos del hotel en la mañana, entramos a un típico café neoyorquino, no era el Central Perk ni le hacía justicia ni entraron minas que le llegasen a los talones a Monica o Rachel, pero, aunque, fue divertido comprobar la existencia de lo que vemos en series de tevé y largometrajes hollywoodenses, el café era el más malo que he tomado desde que llegué a los Estados Juntos, y eso es decir mucho. Así, fue donde planeamos el día. Decidimos ir al Museo de Historia Natural, fundamentalmente porque yo quería y ella se compadeció al oír la historia de mi tacho. (Para los nuevos lectores o aquéllos desmemoriados, los posts Decilución y Decilución (segunda entrega) cuentan esa historia y sus reacciones.)

El museo, a pesar de lo impresionante que es, fue un desastre. Consejo: nunca lleven a un animal que están cortejando a un lugar lleno de animales disecados. Y si es una ardilla endógena del alto estado de Nueva York, menos visiten la exhibición del hábitat del alto estado de Nueva York, donde pudo haber sido su padre desaparecido, aquella ardilla disecada… Por mi lado, tras el fracaso que resultó mi búsqueda por mi tacho… esta pareja ya no era una pareja feliz. Pero el plan de un obsesivo, siempre se lleva a cabo.

Al salir del museo, cruzamos la Central Park Avenue, compramos una Pepsi para mí y una diet Pepsi para ella (sean humanas o ardillas, las minas siguen siendo minas). Me senté en la banca y ella en el respaldo. Le ofrecí un sánduich y ella lo rechazó, saltó al basurero, se introdujo en él y regresó con restos de comida de otra persona… “Es increíble cómo aún siento ganas de besarla, –pensé –esto tiene que ser amor verdadero”. Sin embargo, pareció no gustarle aquella indescriptible carne entre ese aluminio arrugado y lo arrojó al césped. Describo este momento para declarar al mundo cómo, no somos los humanos los cochinos que ensuciamos las áreas verdes, sino las pequeñas criaturas las inconcientes contaminantes.

De pronto, la mirada de Juanita quedó fija. Algo había detrás de mí que llamó su atención, profundamente. Su pulso se aceleró aún más y juro que le oí un suspiro. Sabiendo que me arrepentiría por el resto de mi vida, giré mi cuello para averiguar qué es lo que la impresionaba tanto. Una ardilla, de rojo pelaje sostenía una avellana y la miraba como con el cuello medio girado y levantando el hombro opuesto. Uno ojo más abierto que el segundo y una sonrisa pep acentuada por los incisivos intrínsecos de una ardilla. Un guiño canchero terminó de descolocarme. Miré, sin poder creer lo que ocurría a Juanita, y ella escondiendo su mentón en su pecho, sin perder de vista a la otra ardilla y levantando los hombros; podría jurar que estaba colorada… La otra ardilla le extendió su mano con la avellana y con la mirada señaló la copa de uno de los árboles, invitándola a compartir un picnic no sólo en Central Park, sino en un ardillezco penth house neoyorquino. Su oferta era mejor que la mía. Todo un festín de avellanas provisto por el acaparamiento preinvernal con vista al parque… ¡o sea! ¡Hasta el pico!
Cuando ya no era sorpresa, Juanita saltó de la baranda, se reunió con la otra ardilla y subieron raudos al árbol. Mientras su cola desaparecía entre el amarillo follaje, la primera de muchas lágrimas rodaba por mi mejilla…

martes, noviembre 08, 2005

Juanita y MZN en New York I

Si el público del Festival de Viña del Mar es el monstruo, el público de mzn.cl el pidulle: considerablemente más pequeño que el monstruo, pero tanto o más hincha pelotas. He recibido post, correos electrónicos y requerimientos por MSN para que desclasifique los archivos acerca de Juanita, la ardilla puertorriqueña que se robó mi corazón, mordió el ventrículo izquierdo como en un envoltorio de Sanhe Nuss y dejó escurrir la sangre por el agujero que sus incisivos marcaron dejando su huella en Central Park.

La historia comienza aquel fin de semana cuando partía NYC con Juanita. El plan, seducirla en la capital del mundo. Un romántico pastel de choclo en el Pomaire, un paseo por Broadway y Times Square y un trago en algún bar por el barrio. Al día siguiente, visitaríamos el Museo de Historia Natural y recorreríamos el Central Park, haríamos un picnic y disfrtaríamos de ese oasis verde en medio de los edificios que le rascan la espalda al cielo.

Sin embargo... lo siento, mis palabras trastabillan... el fin de semana de ensueño no fue posible. Al llegar a Nueva York llovía que se las rajaba y el hotel al que íbamos estaba lleno. Eran las 21.30 horas, llovía un sábado en Nueva York y nosotros sin una cama donde dormir. Figuraba yo, con unas páginas amarillas juntando monedas para llamar hoteles y preguntar si tenían habitaciones libres para esa noche. Mientras Juanita, con su figura inquieta corría pasillo arriba y pasillo abajo, trepando los pequeños gomeros que había en el lobby... como si fuera tarde a clases.
–¡Juanita! –exclamé con emoción –Encontré dos camas a 7 cuadras. –Parada en sus patas traseras, con la cola erguida y la cabeza ladeada, Juanita me escuchaba quieta, por un segundo.

Estábamos en Broadway con la calle 95 e íbamos a la 103, unas cuadras antes del fin del Central Park. Pero eran 7 cuadras hasta la 103, después la izquierda eran 5 más. Por entre altísimos edificios tipo blocas, donde Juanita algo asustada por lo oscuro del callejón se acurrucó en mi cuello. Yo caballero la acepté, aunque no va a falta la desubicada que cree que me metí ahí precisamente para asustarla e interpretar el rol de macho protector, siendo esto parte de mi macabro plan para conquistar su corazón. Al llegar al hotel, hicimos el check in y nos instalamos en la pieza: cinco camarotes, ocho camas ocupadas y dos libres, obviamente arriba. Eran las 12.30 de la noche y ya mis planes eran un fiasco. Decidimos ir a comer. Y luego aventurarnos hacia Times Square…

Todo iba tan bien, en la foto pueden ver cómo a las 2 de la mañana en la estación de la calle 96 (de la línea roja –el metro de NYC es un sistema muy complejo), estábamos felices. No era lo planeado, pero yo sentía como el pulso en el corazón de Juanita se aceleraba, iba mucho más rápido que el mío, la verdad es que a esas alturas yo creía que todo iba bien. Pero el día siguiente se encargó de destrozar mi corazón y mis esperanzas, como un camión de cuatro ejes sobre un castillo de arena el domingo se encargaría de dejarme como ese castillo de arena.

jueves, noviembre 03, 2005

Elecciones univeristarias / FEUC 2006

Como todos los años, octubre y noviembre son meses de elecciones universitarias. Las directivas de las Federaciones de Estudiantes se renuevan, cada una a su estilo. En Concepción veremos si el evangelismo político sigue creciendo, en la Chile las dintintas facciones izquierdistas siguen peleándose quien administra la FECH. Y en la Católica... bueno, las cosas vuelven a ser como antes.

Las cuatro listas tradicionales se presentan este año. La lista 1a, con su naranjo gremialismo guzmaniano; la lista OI, con su independencia; la lista E, de rojo y Hirsch; y la lista Sector, con nuestro verde progresismo. (Sí, yo soy de El Sector.) Distintas propuestas, distintos modos de ver la Universidad, distintas manera de creer qué es la Federación, para qué sirve y qué hay que hacer con ella. Cada lista, tiene una serie de proyectos, un montón de ideas, seguro que todas tienen las ganas de hacer la mejor Federación el 2006. Sin embargo, cómo votar...

En 2000 voté para la FEUC por primera vez. No tenía idea qué era la 1a ni quien era la K3 (extinta coalición concertacionista). Tuve suerte, conocía a uno de los candidatos a Consejero Superior, del también exintinto Frente de Estudiantes de Izquierda (FEI) y a un candidato a Directiva de la lista K3, así que voté por ellos. No tanto porque los conocía, sino porque sabía que no iba a votar por una lista de derecha, que es la 1a. Un voto cruzado, Concertación e Izquierda.

A cuento corto, me empecé a meter en política. Encontré en ella una fuente de inspiración para trabajar, una actividad que me motivaba, que me gustaba y que en la era bueno, pendejo y atarantado, pero bueno. Empecé a hablar de política. Empecé a hablar de campañas, de votos, de proyectos, de cómo ganar la Federación. Pero no me preocupé del por qué. Ese año ganamos la FEUC por menos de 30 votos en segunda vuelta. Se nos venía encima la tarea de hacer la mejor FEUC de la historia, la FEUC 2002.

Para ese año ya no estudiaba en Casa Central, sino en San Jaquín. Y allí trabajaba también en hacer la mejor FEUC de la historia. Ahí recién empecé a cachar cómo se hacía política en la Universidad. Hablabamos de elecciones, de cargos y de cepilladas; de Trabajos y de conseguir más gente. Y, ello no me pareció muy bueno. Así que me empecé a cambiar de gente, empecé a conocer tipos que realmente cambiaron mi forma de ver el mundo. Hablaban de valores, de esperanzas y cambio. También había elecciones y cargos, pero bajo un honesto pilar valórico.

No había que hacer la mejor Federación de la historia porque queremos ganar de nuevo este año, hay que hacer la mejor Federación de la historia porque estamos chatos de que se nos censure en la Universidad, que se nos trate como pendejos cuando ya somos adultos. Hay que hacer la mejor Federeación de la historia porque hay cosas que a partir de la FEUC podemos cambiar. Podemos cambiar el modo en que se financia la Educación Superior y dar un acceso justo a ella. Podemos cambiar cómo se enseña en la Universidad para que cuando salgamos, tengamos más que un cartón, sino que tengamos opciones, que tengamos la posibilidad de desempeñarnos en la sociedad exitosamente. Podemos abrir mentes y cerrar prejuicios, podemos seducir a más jóvenes para que crean en esta posibilidad y logremos hacer un sueño coletivo... más manos trabajan mejor.

Así, sobre un álgido conflicto valórico y con una seria cepillada, un grupo de socialistas quebró la Concertación PUC y con colores propios, con un verde chillón y una mano abierta, inscribió 6 nombres para la Federación 2003. Perdimos. Obvio. Pero ganamos. Hablamos de honestidad y de lo importante que es la política, hablamos de la indentifiación valórica con los partidos progresitas de la Concertación, dijimos en los debates que éramos sinpatizantes del PS, del PPD y del PRSD y le dijimos abiertamente a nuestros compañeros que estos partidos nos ayudaban con dinero para nuestra campaña. Si buscamos ser tratados como adultos, lo primero es tratarnos como adultos entre nosotros. Se nos atacó de instrumentos, la vieja política nos usaba para conseguir sus fines. Pero eso año, cerca de 800 compañeros nos creyeron, para el 2003 fueron 2000 y para el 2004 fueron más de 4 mil los que votaron por esta opción. Aliados con la Izquierda (misteriosamente igual que mi voto cruzado del 2000), El Sector estaba en pie de hacer la mejor Federación de la historia. Y la hicimos. Dejamos altísima la vara para la Federación que viene. Se logró el financiamiento total de los estudios universitarios de los tres quintiles más pobres de Chile, cambiamos cómo se financia la univerisdad en pos de mayor justicia y equidad social. Se creó la Central de Acción Social UC para por fin profesionalizar el voluntariado y aportar realmente a la superación de la pobreza. Levantamos en tres semanas los Trabajos de Emergencia en Huara, fuimos 80 estudiantes PUC a paliar las consecuencias del terromoto del Norte Grande, ayudamos a que la Universidad apadrinara la comuna para su reconstrucción y desarrollo. Se apoyaron oficialmente las iniciativas reivindicativas del campus Oriente, siendo la Federación un apoyo para el Bloque Oriente, no un papá o un contendor de poder, sino un apoyo. En fin... hay deudas, hay cosas que no se lograron, sí, ustedes lo saben y yo también. Por eso tenemos que seguir.

La senda está bien encaminada. Los valores que guían nuestro andar son nuestra brújula y ésa es nuestra mayor fortaleza.

Yo ya egresé. Ahora no soy más que un fiel compañero de aventuras que quiere ver cómo su Universidad sigue transformándose en la mejor Universidad de Chile.

Votar Sector es votar por los valores del progresismo. Por la aceptación y la fraternidad, es votar por la convicción de que éste es el camino, es el camino que se forja a cada paso y que puede cambiar, su curso puede ser distinto al de ayer y distinto al de mañana, pero el norte es siempre el mismo: justicia, como mi polera roja lo decía.

PD: No se olviden de visitar el sitio web. Sectorprogresista.cl.

miércoles, noviembre 02, 2005

Terror

El invierno se acerca. Al principio me entusiasmaba pasar una blanca navidad y el año nuevo en Times Square, pero ya no. Mi dosis nicotinosa se ha reducido considerablemente, por el hecho de tener que salir a fumar al exterior y el caminar 5 minutos para ir clases me dan de correr.

Hoy salí de la biblioteca a las 17.00 y ya estaba oscuro y la temperatura que "se siente" alcanza los 40ºF, no tengo idea cuánto es eso, pero sé que es frío. Si entran a weather.com podrán compartir mis datos climáticos y reírse de cómo, a lo mejor no me cago (todavía) de frío, pero sí de cómo voy a mear la cama a prosópito para estar más calentito.

Mis amigos, ante esta situación (yo me tuve que operar, gastándome hasta el último centavo), hago la siguiente declaración pública:

  1. No le tengo miedo al dentista, porque no voy.
  2. A Lavín no le temo, porque no va a ganar.
  3. Tampoco le temo a la cirrosis porque... porque no no más..
  4. No le tengo miedo a quedar encerrado en una redoma, porque Nípleman estará allí para salvarme.
  5. La biología no me da miedo porque ya no tengo que estudiarla.
  6. No me asusta Álvaro Henríquez porque no trabajo con él.

Sólo le tengo miedo al invierno neoyorquino. ¡¿Quién me presta un guateeerooo!?

PD: Meme, téjeme otra bufanda... verde con naranjo. Así como los colores de sectorprogresista.cl.

martes, noviembre 01, 2005

Hecatombe volcánica amenaza desaparecer territorio chileno

Échenle un looking al siguiente artículo que publicó hoy el diario peruano La Razon:

¡Junten miedo!