-Hola, Sebastián -responde la audiencia.
-Llevo un mes sin un televisor en mi casa. -Los aplausos de la audiencia hacen retumbar el auditorio, mientras Sebastián muestra la medallita que la Asociación Internacional de Adictos a la Televisión, AIAT, le entrega a los televisionólicos en recuperación cuando cumplen un mes de abstención televisiva. -Ha sido duro. Han pasado noches donde sin dormir repaso los diálogos de Friends, mientras imagino que Jennifer Aniston es la mujer que duerme conmigo. Otras, me las paso sentado en el sillón del living mirando la mesa donde se econtraba el receptor. Una vez, incluso, mi amigo me descubrió mirando el cabo del cable que trasmite la señal. -La audiencia no se ríe. Sabe que no es chistoso. Ellos saben lo duro que es. Su discurso continuó. Habló de cómo había vuelto a leer y cómo evita los multicines cuyo contenido es altamente televisivo, encerrándose en cines arte, viendo películas suecas, francesas y alemanas en las que no entiende nada. Incluso al teatro dice que fue. Eso sí despierta risas en la audiencia, no porque el chiste fuese bueno, sino por apoyar al compañero en recuperación.
De pronto, las puertas del auditorio de abren abruptamente y una voz nerviosa grita:
-Amigos, ¡no se dejen engañar por este farsante! -Un silencio sepulcral enfrió el auditorio -Sebastián, ¡no te engañes! Tú sabes bien que sí haz visto televisión. -Un "oh" pronunciado, seguido de un murmulloso consistente. Sin embargo, un personaje desconocido se levantó y enfrentó al intruso que acusaba a Sebastián:
-¡¿Quién te crees que eres?! ¿¡Cómo te atreves a acusar a este hombre, insultando su esfuerzo por superar su adicción?!
-Soy MZN, su alter ego. -Un "oh" aún más pronuciado terminó con el murmullo. Sebastián mantenía su rostro inocente.
-¡Eso es mentira! -gritó una mujer, obviamente platónicamente enamorada de Sebastián.
-Aquí tengo las pruebas -continuó MZN -Las boletas que prueban que esta última semana compró en E-bay las primeras 6 temporadas de Seinfeld y la 9ª de Friends, la única que le faltaba para completar la colección completa. Y no sólo eso, compró también las temporadas 2, 3 y 4 de Gilmore Girls...
-¡Ésas son para mi prima! -El rostro de Sebastián había cambiado. Sus ojos brillaban con furia, ya no pudo seguir con el acto, -¡Ella me pidió que se las comprara! -gritaba furibundo.
-Tengo también estas fotos, -dijo MZN apuntando a la gran pantalla detrás del escenario:


-Ahí está Sebastián en el Museo Nacional de Historia Americana en Washington DC, junto a la camisa que Jerry Seinfeld ocupó en aquél icónico capítulo, pueden ver su rostro de estupefacción y exitación frente a la camisa y al libreto del capítulo... ¡Si parece huevón! ¡Mírenle la cara! -Algunos se atrevieron a reír... Pero cuando volvieron la mirada a la testera, Sebastián ya no estaba allí.
-Seguro se fue a ver televisión. -chilló una voz anónima. El resultado fue la carcajada que se cierra el capítulo de hoy.